EL FRASCO DE LA CALMA
El
frasco de la calma es una botella con pegamento líquido y diamantina
(purpurina).
Cuando el niño/a está nervioso/a, su
ritmo cardíaco y su respiración se aceleran, al ver la caía lenta de la
purpurina se genera un modelo visual que, inconscientemente, manda una señal al
cerebro para que disminuya su agitación.
Se puede utilizar desde los 2 años.
¿QUÉ NECESITAMOS?
·
Un
bote de cristal o una botella de plástico transparente.
·
Purpurina
de tu color favorito (los colores claros son más relajantes)
·
Pegamento
glitter (liquido) o transparente.
·
Agua
templada del grifo
·
Colorante
alimenticio para darle color al agua
·
Una
cuchara grande y otra pequeña
PREPARACIÓN
1.
Vierte el agua templada del grifo en
el bote hasta la mitad aproximadamente.
2.
Añade dos cucharadas
grandes de pegamento al agua (mientras más pegamento añadas, la purpurina
tardará más en ir descendiendo, así que el efecto será más relajante).
3.
Añade tres o cuatro cucharadas
pequeñas de tu purpurina favorita.
4.
Agrega dos o tres gotas del
colorante para darle color al agua.
5.
Termina de llenar de agua la botella
y ciérrala muy bien. Si ves que ha quedado poca purpurina le puedes poner más.
CONSEJOS
Estaría muy “guay” que cada miembro de la familia hiciera su bote de la calma. Eligen su
color de purpurina favorito y ¡adelante! Porque, no sólo niños/as nos ponemos nerviosos/as ¿verdad?
Seguro que les va a quedar…
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